El Carbón es un tema muy complejo y antiguo. Entre Alemania y Colombia la explotación del Carbón como fuente de energía para la Industria eléctrica, ha generado conflictos económicos y costos sociales a estos países. Su futuro yace considerado como fuente de energía pero hay consecuencias debido a ello que exploraremos a continuación.
El carbón es uno de los minerales no renovables más dañinos para el medio ambiente ya que es el mayor culpable de la contaminación ambiental del aire y del cambio climático.
Sin embargo, es el más usado en el mundo desde hace décadas como la principal fuente para la generación de electricidad.
Alemania ha anunciado el abandono del uso de este mineral como materia prima en la industria eléctrica, lo que sería clave para frenar el cambio climático. Pero su salida no implica el fin de su uso.
El país europeo es el mayor importador de este mineral y Colombia, es uno de sus mayores proveedores.
El “Diálogo sobre el Carbón”, conferencia organizada por la Diócesis de la ciudad alemana de Aquisgrán y por la Iglesia de Colombia, trató las consecuencias de la minería del carbón en Alemania y Colombia, con motivo del acuerdo de colaboración existente, entre ambas organizaciones, desde hace 50 años.
La encargada de Energía para América Latina de MISEREOR (Obra Episcopal de la Iglesia Católica Alemana para la Cooperación al Desarrollo), Susanne Breuer, declaró que “Alemania es el mayor importador de carbón en Europa”, sus principales proveedores son Rusia, Estados Unidos, Australia, Sudáfrica y Colombia.
Este último le suministró en 2016, aproximadamente 10.760 millones de toneladas de Hulla, que es un carbón bituminoso, bajo en volátiles y con una gran proporción de carbono (75% a 90%) procedente del departamento del César y de la mina a cielo abierto más grande de Colombia llamada “El Cerrejón” ubicada en el departamento de La Guajira de ese país.
Criticó, Susanne Breuer la “poca transparencia de muchos proveedores de energía” sobre la ubicación exacta del mineral extraído. También hizo un llamado a la reflexión por la “poca conciencia del impacto de la minería de carbón en terceros países como Sudáfrica y Colombia” al tiempo que recordaba que “las condiciones en los países que producen el carbón están relacionadas con muchas violaciones a los derechos humanos y los derechos sociales y ambientales”.
De la explotación de carbón en Colombia, el 98% se destina a la exportación debido a la fuerte demanda en el mercado mundial. “También desde Alemania, por lo tanto, es un problema”, enfatizó la experta alemana.
Con la llegada de grandes multinacionales a Colombia, como Ecopetrol, Petrobras, Repsol o BHP Billiton, en el departamento de La Guajira del país latinoamericano se han suscitado múltiples cambios en las actividades económicas en las últimas décadas.
“La agricultura y el comercio entre 1960 y 1975 representaban el 80% del PIB. En 2013, solo el 4,6%”, explicó Alejandro Rodríguez miembro de RECLAME (Red Colombiana Frente a la Gran Minería Transnacional). “En 2013 la minería representaba el 58% del PIB de La Guajira. La agricultura casi no tuvo crecimiento anual entre 2001 y 2013 (0.1%)”, agregó.
Alejandro Rodríguez al presentar los resultados de un estudio sobre las consecuencias de la actividad minera en La Guajira destacó que entre las más alarmantes se encuentran la deforestación, la vulneración de los derechos humanos de las comunidades indígenas y el aumento de pobreza de la población en general.
En el mismo orden de ideas, Susanne Breuer consideró que el problema fundamental es “una pobreza absoluta, sequías y de riesgo para los indígenas Wayúu” y “no se ha encontrado una respuesta adecuada, ni por el gobierno colombiano ni por la empresa”. Aunado a esto está el problema del agua, “un recurso estratégico para El Cerrejón”. “Como resultado, los municipios deben racionalizar el consumo de agua y varias veces el agua entregada no es suficiente.
Además, el retraso en el suministro de agua, las comunidades necesitan a las aguas subterráneas o aguas superficiales para uso humano y agrícola, que ya está contaminada por la actividad minera”, lamentó el representante colombiano. Concluyendo así con que, “los costos sociales se traducen en ganancias para la multinacional”, agregó.
Otra de las consecuencias de la explotación minera en Alemania son pueblos abandonados, existe una iglesia histórica que fue derrumbada, un bosque milenario amenazado y los procesos de reubicación de las comunidades de los alrededores de la mina Tagebau Garzweiler que se encuentra en las áreas de Lausitz y Renania del Norte-Westfalia. “Ese distrito minero de lignito renano produce 100 millones de toneladas de lignito por año que al quemarlo produce unos 100 millones de tonelada de Dióxido de Carbono (CO2). Eso en Alemania, es más del 20% de las emisiones totales de CO2”, explicó.
Finalmente, Peter Singer, representante del partido político Die Linke (La Izquierda) en el comité de lignito del Consejo Regional de Colonia consideró que “No es solo un problema técnico, es moral y ético. Hacemos el cambio climático aquí, pero los más pobres del mundo son las víctimas”.
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