En Alemania, contrario a la cultura moderna actual, posiciona el reciclaje como un tema sumamente serio. Sirviendo como ejemplo los supermercados alemanes que no ofrecen bolsas gratis.
Para poder adquirir una bolsa en dichos supermercados se debe pagar entre 0,20€ a 0,5€; el precio puede variar dependiendo del tamaño y grosor de la bolsa.
La razón principal detrás de esto se debe a que las bolsas plásticas son nocivas para el medio ambiente; tardan 400 años en degradarse y cerca de 2 millones de animales mueren asfixiadas por ellas.
Sabiendo esto, el gobierno alemán ha hecho su mejor esfuerzo por crear un sistema de reciclaje eficiente para ayudar a mantener un ambiente limpio.
Según los datos ofrecidos por la agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), en 2017 Alemania se posicionaba en el 2do lugar como el país que más recicla en Europa.
La implementación de un sistema integral que abarca la legislación, la educación ambiental, infraestructuras eficientes y mecanismos de incentivo para la población son la razón de su éxito.
En su marco legal se pueden destacar 2 leyes:
- Ley de Envases: Implementada en 1991, obliga a los fabricantes a hacerse cargo de la recolección y el reciclaje de sus envases.
- Ley de Economía Circular: Establece objetivos ambiciosos para la reducción de residuos y el aumento del reciclaje.
Hay que considerar…
En la fabricación de bolsas de plástico se emiten 60 millones de toneladas de CO2 a la atmosfera, sumado a la contaminación del mundo.
Gracias a esto se pueden entender mejor por qué el gobierno alemán trabaja para mantener motivada a su población con el reciclaje.
Volviendo al tema del cobro por las bolsas de plástico
El 1 de julio de 2016, el Ministerio de Medio ambiente y la Asociación de Comercio Minorista Alemán (HDE) publicaron un acuerdo voluntario donde se comprometen los negocios y locales a cobrar a sus clientes por las bolsas mayores a 50 mm de grosor.
Esta acción fue solo la punta del iceberg de las acciones tomadas por el estado alemán.
Actualmente en todos los edificios se implementa el sistema de clasificación de deshechos según el color de los contenedores con el objetivo de aprovechar al máximo lo reutilizable.
Estos contenedores vienen en los colores azul, para papel y cartón; amarillo, envases ligeros; negro, residuos que no se pueden reciclar; y marrón, residuos orgánicos.
Y para incentivar a la población para mantener este sistema ecológico el gobierno alemán desarrolló el sistema Pfand y las multas por incumplimiento al no separar correctamente los residuos.
Sistema Pfad
Consiste en depositar envases plásticos en una maquina y el monto total por cada envase será pagado al ciudadano como recompensa. Fomentando así su retorno para reciclaje.
La cultura del reciclaje
Es tan importante el reciclaje en Alemania que los programas escolares inculcan su importancia desde el kínder, además de constantemente hacer campañas de conciencia.
Las campañas de conciencia sirven para informar y sensibilizar a la población sobre los beneficios del reciclaje.
Un dato interesante es que en Alemania se prohíbe el uso de máquinas de café de capsulas debido a su gran contenido de plástico y aluminio, dificultando su reciclaje.
Otro hábito muy notable en Alemania es la utilización de bicicletas, del uso en el transporte público o compartir auto con el mismo destino para reducir la emisión de CO2.
Por esta y muchas más razones, es entendible por qué es uno de los países lideres en materia de reciclaje y el gran esfuerzo que hace tomando en cuenta su gran extensión geográfica.