La historia de Luis: La realidad de venir a vivir en Alemania sin ayuda.
Probablemente Alemania sea en la actualidad el mejor país del mundo para vivir. Todo funciona y difícilmente las cosas te salgan mal, pero como en todo en la vida: “¡No debes ser un improvisado!”
Al igual que en cualquier otro país, irse a vivir a Alemania sin saber cómo movernos, es realmente complicado y aumenta más la dificultad del desafío que se experimentará en esta nueva etapa en la vida.
Hace poco; en una de las entrevistas en AlemaniaHoy, Luis Villarroel de Perú, nos contó acerca de su experiencia en el territorio Alemán, el cual fue a vivir a esta tierra sin ningún tipo de ayuda o recomendaciones. Él nos relató que vio la oportunidad de sumergirse en una nueva oportunidad en su vida y se aventuró por cuenta propia a las circunstancias que se encontraría en el camino.
La llegada a Alemania
Le habían comentado que irse a Alemania sería relativamente fácil si ya poseía la nacionalidad alemana; así que tras meses de papeleos, finalmente pudo conseguir la nacionalidad y por ende, todo sería más fácil a su llegada. Y así fue, aunque finalmente pecó por su improvisación.
Lo primero que necesitaba era hospedarse en un alojamiento provisorio; como es habitual en muchas partes del globo, él había ido con un presupuesto algo ajustado de unos 2.500$ equivalentes a unos 2240€. Pese a ser un capital modesto, estaba a la expectativa de que resolvería toda su situación bastante rápido.
Lo que no sabía; parte de su improvisación, es que aunque en “Alemania todo funciona” es un sistema lento y muy burocrático y hay que saber moverse en esa burocracia.
La improvisación comienza a pasarle factura
El viaje fue igual que todos; tranquilo y lleno de emociones por iniciar una nueva vida llena de progresos y oportunidades, no obstante, su nivel de expectativas comenzó a reducirse cuando al apenas llegar en Alemania, no sabía a qué sitio irse. Desconocía por completo el idioma alemán, su lenguaje era muy básico y solo podía interactuar con su idioma nativo: El español.
Paso los primeros cinco días en un hotel hasta que un contacto le recomendó un apartamento compartido. Al ver que sus capacidades de comunicación eran mínimas, decidió no perder mucho su tiempo y alquilarlo a pesar de que el pago era de unos 700€ al mes. Demasiado alto para una habitación de 11 m2 en un apartamento compartido.
El monto rápidamente fue un duro golpe; no llegó a pensar que fuese tan costoso el alojarse en una habitación. Al principio pensó en rechazar de primera mano tal ofrecimiento, sin embargo tampoco podía darse el lujo de seguir buscando por su cuenta.
La idea era aceptar la oferta y mientras tanto buscar algo más económico, al mismo tiempo conseguir ayudas o trabajo y todo lo necesario para poder vivir en Alemania.
Naturalmente, el tiempo estaba en su contra y cada día que pasaba estaba con menos dinero y cada vez más estresado por la situación. Necesitaba encontrar ayuda o a alguien que le adiestrara en el terreno alemán. Los días pasaron y él trataba duramente de averiguar cualquier tipo de información con respecto a los trámites para poder encontrar una habitación más accesible, ayudas o un trabajo.
Así fue como logró encontrar un pequeño trabajo de mesero. Esto no le alcanzaba para cubrir los gastos que estaba teniendo pero fue un alivio para su cartera. Mientras tanto Luis recibía ayuda monetaria de su familia en el Perú y seguía buscando trabajo.
Tras pasar 6 meses, logró encontrar otra habitación más económica y ligeramente aceptable. El precio fue de unos 550€ al mes; al igual que la otra, era de uso compartido y era un poco menor en cuanto al tamaño, siendo de unos 9 m². Tras reducir sus gastos ligeramente, las cosas comenzaron a mejorar y a los pocos días el dueño de la residencia le ofreció realizar trabajos de albañil, por lo que le dejaría la habitación gratis y le pagaría 300€ por mes en negro: casi lo suficiente para vivir.
A esta altura Luis ya había logrado casi estabilizar sus gastos y aunque aún no había cumplido ninguna de sus expectativas iniciales, necesitaba menos ayuda de su familia.
Durante el siguiente año estuvo trabajando como albañil y pagando un traductor de habla alemana a español, que le averiguara los trámites tradujera los documentos necesarios para obtener ayudas del gobierno. No obstante, todo iba muy lento, las averiguaciones eran muchas y el gasto seguía siendo alto.
Ya llevaba 19 meses en Alemania, haciendo una vida que no era la que esperaba, compartiendo habitación, y la vida como albañil no era fácil, pasando frío y sin seguro médico para cubrir cuestiones de salud o riesgos laborales por alguna lesión o accidente en las obras.
Las cosas comienzan a mejorar
Finalmente, logró encontrar la ayuda y asesoría que tanto había buscado. Un agente de bienes raíces, el cual conoció en una de las obras, le recomendó Globilly; una empresa experta en recolocación de profesionales hispano-parlantes en Alemania, a los que fue a visitar y sus expectativas que ya había dado por muertas hace un tiempo atrás, lograron nuevamente salir a flote.
Nos comentó, que en tan solo 1 mes. Globilly se encargó de encontrarle apartamento para sí mismo; es decir, ya no tendría que compartir con otra persona, a un precio realmente bueno. Las traducciones de documentos al alemán fueron más económicas y los trámites se agilizaron rápidamente, Globilly le consiguió ayudas del estado para vivir y estudiar, y un curso intensivo de 6 meses para el idioma alemán.
Pueden contactar a Globilly por email globilly@globilly.com, por Whatsapp +49.157.7817.4744 o en su pagina de contacto: Click Contacto
Hoy luis lleva 2 años y medio en Alemania, está estable y feliz de haber tomado la decisión de venir a Alemania. Como él dice: “la mejor decisión de su vida”. Pero también advierte: “No vengan como improvisados”, si cuentan con ayuda en Alemania, hablen con una empresa que los ayude.
Luis tiene enormes gratitudes con su nuevo país, actualmente él se encuentra estable, trabajando en un Call Center que también consiguió por medio de Globilly y agradecido por poder vivir en esta gran nación.
Ver También:
